domingo, 27 de febrero de 2011

DE LOS ÓSCARS, DEL CINE Y DE SU RELACIÓN CON LOS CLÁSICOS.


Un año más, la panoplia americana, reflejada en este caso en el circo mediático que es la “Entrega de los Óscars” nos envuelve. Una vez más, asistimos, ensimismados unos, afectados los más. Pero afortunadamente indiferentes cada vez más muchos; a este espectáculo supuestamente interesante dicen algunos que a nivel mundial, en el que los Actores Americanos hacen entrega a Actores Americanos de unos galardones que, siempre atendiendo a su propia versión, les convierte en la bomba.

Simplemente, y sin ánimo de ser mordaz, hace ya algo más de ochenta años, cuando este ceremonia comenzó, y lo hacía de manera más “discreta y reservada”, alguien, supuestamente una encargada de materiales, dijo que la estatuilla le recordaba a su tío Óscar. El resto puede cada uno hilarlo como quiera, sin olvidar por supuesto el indispensable condimento del estilo americano.

Mientras, desde que el Cine Mudo fue superado, la relación entre Largometraje y Música estaba cantada. Dos elementos espectaculares donde los haya, música y cine, estaban obligados no sólo a entenderse, sino que era imprescindible que dieran un paso más. Era necesario que Cine y Música se engrandecieran mutuamente. Había nacido la Banda Sonora.

A partir de aquel momento, muchos han sido los avatares que han matizado, evolucionado y mejorado esta relación. Desde los incipientes comienzos, en los que la elección de la música era poco menos que un factor azaroso; hasta la actualidad, en la que los Compositores de Bandas Sonoras se han convertido en estrellas casi tan aclamadas como los verdaderos protagonistas de los largometrajes (véase los casos de Goldsmith, Jones, Zimmer y un largo etc), que a la sazón constituyen no sólo la nómina de muchos éxitos del cine americano; sino principalmente el último bastión del Compositor Clásico Moderno; comprobamos como la Composición, interpretación y Dirección de Bandas Sonoras, se ha convertido en el último reducto donde refugiarse aquellos compositores que, de estar hoy en otras épocas, sin duda dentro de unos años serían reconocidos como Clásicos.

Sin embargo, antes de llegar a esta situación, la cual sin duda celebramos ampliamente, la función de los músicos y de la Música en el Cine, pasaba tan sólo por la elección mediante criterios apenas de compromiso, de una serie de momentos musicales, los cuales ni tan siquiera resultaba imprescindible guardaran la menor relación con la historia que la película contaba. Luego, poco a poco, los criterios se fueron aderezando, y con ello la necesidad de comprender que la Música había de ser algo más que un complemento para pasar activamente a ayudar al desenlace de la trama que la Película desarrollaba.

Y ahí es donde precisamente la Música Clásica hace su irrupción en el mundo de la Banda Sonora. Conocidas e impresionantes, muchas de las grandes composiciones del Universo Clásico esperaban la aparición del Cine para renovarse, y mostrarse frescas, como uno de los mejores “Compañeros de Baile” a los que el Cine podía aspirar.

Luis Jonás VEGAS.

FEBRERO DE 2011.