domingo, 2 de enero de 2011

GRANADA Y LA RECONQUISTA.





DOS DE ENERO DE MIL CUATROCIENTOS NOVENTA Y DOS. ¿VENCEDORES O VENCIDOS?

De esta misma guisa, seguramente irónica, de no haber sido por lo serio del tema, se manifestaba el Antiguo Régimen, una vez llegado el momento de que el maestro censor tuviera ya que ponerse manos a la obra de manera ahora a inevitable, por aquello de las condescendencias con los millones del Plan Mardhall, con la castración de aquella magnífica película en la que se ponía de manifiesto los ardides propios de unos y de otros, dentro de la farsa que fue el Juicio de Nuremberg, a efectos explicativos el proceso de enjuiciamiento criminal que se llevó a cabo en la ciudad alemana del mismo nombre. En un primer momento aquellos juicios tenían como misión poner de manifiesto, juzgar, y finalmente condenar, a algunos de los aparentemente mayores responsables de las acciones del Partido Nacional Socialista Alemán, desde 1931, hasta 1946. Finalmente, el hecho objetivo de que apenas fue posible sentar en le estrado a una docena de teóricos del Régimen, junto al hecho menos confesables de que las tres potencias ganadoras de la Guerra, protagonistas de la fotografía de Yalta, habían negociado ya otros destinos para la Historia; acabaron por hacer que aquella farsa acabara prácticamente en nada.

En parecidos términos, salvando lógicamente las distancias, hemos de ubicarnos a la hora de abordar el hecho histórico a tratar. La Conquista de Granada, cifrada para la Historia tal día como hoy de hace 519 años, ¿Supuso para la incipiente España un progreso.? O, por el contrario, supuso un claro retroceso en el que, las ansias casi imperialistas de una monarquía guerrera provocaron un detrimento de las condiciones tanto de vida como de concepción de aquella incipiente España.

No tratamos por supuesto de juzgar, no sometemos en consecuencia a ningún efecto La Reconquista. No tenemos ese fin, ni tiempo suficiente para tratar ese asunto con el respeto que merece. Se trata simplemente de hacer una breve reflexión sobre circunstancias que, unas veces porque se han dado por sabidas, y otras porque directamente no se ha encontrado la forma de hacerlo de manera razonada; han ido dando píe a un universo en el que, los silencios más que las palabras, han confeccionado un entramado sujeto a las leyes de la suposición, que no ha hecho sino invadirlo todo, cual Yedra que inunda el paño del Edificio que en este caso es la Historia.

Indiscutible resulta el poderío tecnológico que poseía el Mundo Árabe. Igualmente incontestable era su mayor Cultura, así hoy todavía utilizamos remedios médicos que a ellos les eran propios, o seguimos disfrutando de autores clásicos gracias a las traducciones que sus autores hicieron de manuscritos griegos y latinos. Sin embargo, ¿Por qué se hacía tan inexcusable la Reconquista de los territorios castellanos.? A esa, y a muchas de las preguntas que a la sazón se suscitarán, será el futuro quien deba seguir buscando respuesta.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.