sábado, 19 de noviembre de 2011

MANUEL DE FALLA, LAS DISCONFORMIDADES DE UN NACIONALISMO QUE HA DE ALIMENTARSE DESDE EL EXTRANJERO.


Cuando el 23 de noviembre de 1876 nace Manuel de FALLA, en el seno de una familia gaditana, se ponía la primera piedra del que habría de ser sin duda uno de los edificios más firme de la Historia de la Musicología Española.

Si bien sus orígenes burgueses presagiaban una vida desahogada, las presiones que acaecieron sobre todo el país, repercutieron también sobre la familia Falla, complicando la existencia de un joven Manuel que, afortunadamente, adquiere el gusto por la música y la composición directamente de la mano de su madre, María Jesús MSTHEU, de la que debe, además de sus primeras clases, una rígida educación, en la que el gusto por lo bien hecho, y la búsqueda obsesiva de la perfección se ven recubiertas por la eterna presencia de una ferviente religiosidad católica.

Por ello, este ambiente es el ideal para la conformación de una personalidad constante, espartana e incluso un poco apegada al sufrimiento, hecho este que le será tremendamente útil de cara confeccionar estrategias que le permitan conducir situaciones muy complicadas a lo largo de toda su carrera.

Así, por medio de la interpretación de piano en cafeterías y diversos locales, dirán las crónicas que algunos de “dudosa reputación”, logra ingresar como alumno libre en la Escuela Nacional de Música y Declamación, en la que obtendrá la titulación con rango de sobresaliente, abriendo así ante él un panorama nuevo.

Gana en 1905 el Premio convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con la obra La Vida es breve. Esto, entre otras cosas le permite conocer a PEDRELL, músico catalán con el que mantendrá aparte de una relación de franca amistad, una muy fructuosa en lo concerniente a al construcción musical.

Y es que, la primera fase de la destrucción de España está en marcha, y pasa inexorablemente por el reordenamiento, cuando no por la franca destrucción de los avales culturales de todo aquello que no le es útil a la nueva España. Así, de las enseñanzas de PEDRELL, se forma en FALLA, sin duda a partir del arraigo que en él tienen las ideas católicas, una especie de reacción cultural basada en el reforzamiento de las teorías culturales de España, o de lo que él ingenuamente cree que es España.

Porque la desolación con la que comprueba como todos sus esfuerzos son malinterpretados, cuando no abiertamente manipulados por la caterva de politicuchos y militares de medio pelo que se están adueñando de España, le llevan a iniciar un exilio voluntario que comenzará en Francia, se prolongará en Argentina, y postergará su retorno hasta hacerlo imposible en vida.

En Francia conoce a músicos como Debussy Y Ravel, desarrolla su talento musical, y recibe ofertas para presentar su talento en ciudades como Boston, o la propia San Petersburgo. Mas su pena por España va creciendo.

Así, vive con tormento los sucesos previos a los actos de 1931, como ferviente católico protesta contra los saqueos y quema de conventos, lo que hace que el Régimen Franquista malinterprete su predisposición, animándole a que acepte el nombramiento de la recién creada Dirección de Cultura del Régimen. No contribuiré con mi palabra o con mi pluma a que se vierta una gota más de sangre española. No unos ni otros se lo perdonarán nunca.

Ha de marcharse a Argentina en 1939, donde fallece el 14 de noviembre de 1946, mientras dormía.

Enterrado en primer término en Argentina, el Régimen se burla de él reclamando sus restos para enterrarlo en España. Su familia se opone, en pos de mantener su voluntad, pero son acallados.

Los restos llegan a Cádiz, entre saludos oficiales, carrozas, desfile oficial con el Ministro del ramo a la cabeza, promoviendo la última incoherencia, al no promover en muerte la espartana vida que llevó.

Al menos depositaron sus restos en su amada Granada.

Luis Jonás VEGAS.


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